A los cuatro años conocí el arte. Mi padre fué el que me lo enseñó una tarde al dibujar uno de mis muñecos. Era sentir el contacto y el desliz del lápiz o color sobre el papel en mi piel. Era como si me acariciaran con el sustrato. Hoy en día lo sigo sintiendo cuando estoy muy absorbida dibujando o pintando.
Esa tarde me maravilló eL poder recrear algo tridimensional en 2 dimensiones, era algo mágico. En ese entonces no sabía qué era tridimensional o bidimensional, pero el hecho de ver algo con volúmen plasmado en papel plano me asombraba demasiado.
“El arte es un acto mágico desde que lo conocí a las 4 años. Mi primer contacto con el arte fue cuando mi padre dibujó ante mí un muñeco sobre un pedazo de papel”